LLUM
Hay casas que definen el espacio, y otras que lo disuelven. Enraizada en el paisaje mallorquín, Llum se revela como un estudio de la continuidad, donde el interiorismo no enmarca la vista, sino que fluye con ella, de forma natural y sin esfuerzo.
Concebida bajo el concepto Endless, esta vivienda reimagina el entorno habitable como una experiencia abierta y en constante expansión. Nada está delimitado. Los límites se difuminan, las líneas se prolongan y las perspectivas se suceden, generando la sensación de que la casa nunca termina realmente, estés donde estés, mires donde mires.
Gunni & Trentino dio forma al proyecto a través de un concepto integral de interiorismo, que abarca la selección completa del mobiliario y el diseño de una cocina totalmente a medida, pensada para adaptarse tanto al espacio como al estilo de vida de sus habitantes.
Una casa que se abre hacia fuera, hacia dentro y más allá, convirtiendo el acto de habitar en una experiencia espacialmente meditativa.
Desde el primer paso, los espacios interiores se revelan poco a poco, como capítulos de una narrativa continua. La mirada se desplaza libremente, guiada por la luz natural y líneas visuales ininterrumpidas.
La cocina, el comedor y el salón no se entienden como estancias separadas, sino como un gesto único y fluido. Una paleta neutra —marfiles, arenas, piedra y grises suaves— recorre la vivienda como un hilo conductor, evocando el paisaje exterior e integrándolo en el interior.
La armonía táctil define cada superficie: piedra veteada, textiles en capas y metales cepillados se combinan para crear un lenguaje de elegancia serena y cohesión visual. Una chimenea central ancla el espacio, no como punto focal, sino como una pausa tranquila dentro del ritmo natural del hogar.
La cocina a medida, diseñada y fabricada por Gunni & Trentino, incorpora una isla de carácter escultórico que actúa como núcleo visual y funcional. A su alrededor, taburetes cuidadosamente seleccionados y una iluminación precisa generan un ambiente contemporáneo y acogedor, que invita a permanecer y disfrutar.
En las zonas privadas, el concepto Endless continúa —esta vez, desde la intimidad más que desde la amplitud. Aquí, el diseño apuesta por la profundidad en lugar de la distancia. Las superficies se funden unas con otras; las transiciones son suaves, sin cortes. El espacio invita al recogimiento, con un ritmo pausado y envolvente.
En el dormitorio, el minimalismo adquiere un carácter casi escultórico. Mobiliario bajo, cortinas traslúcidas y luz tamizada configuran un ambiente donde el descanso se convierte en ritual. La paleta cromática se suaviza aún más: tonos que evocan madera lavada, piedra caliza y lino. No es solo silencio lo que se percibe, sino una calma visual —sutil, envolvente, total.
En el exterior, el diseño interior se prolonga con naturalidad hacia la terraza, manteniendo la continuidad espacial y emocional de la vivienda. Este espacio no es un destino, sino una pausa tranquila para la contemplación y la presencia.
La selección de mobiliario de Tribù refleja el mismo lenguaje de materiales y formas: perfiles bajos, tramas tejidas y composiciones modulares que refuerzan la fluidez del conjunto. El pavimento de piedra, los tejidos en tonos arena y la vegetación cuidadosamente elegida establecen un diálogo directo con el paisaje mallorquín.
De la luz del día al sosiego del atardecer, el espacio se adapta —fluyendo del comedor al lounge, manteniendo siempre la misma cadencia serena que define toda la casa.
Llum no es una forma, sino una manera de habitar el espacio.
Una casa sin límites fijos. Un lugar que no contiene la vida, sino que la acompaña mientras se despliega.
